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En mi cultura, muchos a mi alrededor mitigan sus malestares con la tecnología, las redes sociales han venido a ser el paracaídas para muchos quienes se encuentran agobiados por la rutina, el caos, el dolor, la falta y el deseo.
Es común, y hasta anormal seria que no sea así, que todo mundo andamos por el mundo conversando con "amigos" en Facebook, Twitter y demás redes sociales existentes. Y no es que este en contra de la revolución tecnológica, pues estoy ocupando la tecnología de mis tiempos para publicar mi pensamiento.
Si en la actualidad nos preguntáramos cuál es nuestro malestar, creo que muchos dirían que ninguno pues existe internet, redes sociales, skype, entre otros, que les acompañan. Actualmente todo esta al alcance de un click, la felicidad ronda en la "red". La soledad, la ausencia, la falta, el deseo, el goce, el amor, todos son engullidos por "www".
Pero insisto, no es una critica a la tecnología, ya que sin ella muchas cosas -como escribir este articulo- serian mas complicadas. El uso de la tecnología es adecuado, y muchas veces indispensable, para nuestro actuar diario. Lo que propongo pensar es en lo que hay detrás de este telón tecnológico, descubrir que hacen los actores de nuestros días tras bambalinas.
Y si el malestar de mi cultura fuese precisamente el no tener malestar. Desde mi perspectiva, el mayor malestar de mi cultura es no sentirlo, o mejor dicho, diluirlo entre nubes cibernéticas. La tristeza, el dolor, la angustia están, pero no se observan, la atención se ha desviado hacia otros lugares de confort impidiendo pensarnos. La intersubjetividad es a través de un otro digital, la marca del Otro nos llega por internet. La castración mayor en la actualidad es no tener "datos", que la cafeteria no tenga "WiFi", que "un WhatsApp" no se responda de inmediato.
El malestar en mi cultura, para mi, es no tener un malestar que cuestione al sujeto, aunque ello no significa que no haya estragos. El no tener consciente un malestar no significa que no exista, así como un Cáncer es asintomático en un inicio, pero no significa que desde un inicio no exista ya y este causando daño.
El malestar en mi cultura es no pensar-nos, estamos obnubilados de marcas, procesadores, status, que muchas veces nos impide cuestionar nuestro existir, nuestro actuar, el quién somos, y si algunos logran hacerse estas preguntas, terminaran buscando las respuestas en un test o una estadística que "flote en la nube", lo cual es preferible a no hacer nada y usar los "memes" y videos para tapar los gritos del sujeto que desea salir de sí.
El malestar en mi cultura sigue siendo una falta, una ausencia, un vacío, una castración. Un significante sin sentido incrustado en un lenguaje ignorado y sustituido por un sistema de codificación binaria, somos ceros y unos combinados, y la ley depende de esa combinación.
Espero no haber ofendido a Freud con mi comentario, el cual no pretendía hacer un estudio comparativo, sino simplemente tomar el titulo de su articulo para expresar una idea que merodeaba mi mente...